Cuando el hombre volvió al establo, estaba a oscuras y entró a tientas. Tocó con las manos todas las partes del león, y le pareció que estaba tocando a su animal.
El león pensó:
- Si supiera quién soy, no me acariciaría. Si lo hace es solo porque estamos a oscuras, y porque se imagina que debo ser su animal doméstico.
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