jueves, 13 de diciembre de 2012

Hipocresía

Ser un hipócrita es quizá lo peor que existe. Pero puedo concebir algo más destructivo que eso: se trata de imaginar que uno no es falso en las “buenas decisiones”. No imagines que eres falso, tampoco te flageles, ya que ambas son formas de autosatisfacción.
Ten el valor de reconocer que, sin importar cuanta gente se sienta impresionada por tu humildad aparente y la reprobación que se infligen las personas piadosas, el verdadero esfuerzo se halla en conocerse uno mismo, de modo que puedas hacer algo al respecto.
Tan pronto como cedes a la actitud fácil de asumir una culpa personal, eres culpable de entretenerte contigo mismo, deleitándote en tu propia indignidad.
Si así lo haces, la gente puede admirarte, pueden señalarte como un buen ejemplo, los textos tradicionales pueden apoyar tus pensamientos y acciones, la sociedad puede creer en los beneficios que se derivan de tu existencia, pero te habrás equivocado.
Se puede decir que los verdaderos hombres de conocimiento existen con el propósito de indicar a los buscadores realmente serios que un hombre se autoengaña cuando siente que esta siendo virtuoso y recto. No es tarea del hombre de conocimiento el maquillar las grietas aceptando que ciertas formas de pensamiento o ciertas series de acciones son indicadores definitivos de creencias y prácticas genuinas.

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