martes, 13 de noviembre de 2012

Hay un estado que la gente en Occidente llama precognición, que existe en todo el mundo. Ha existido siempre. De hecho, el secreto de la existencia, el cosmos y las galaxias, y los diversos secretos de la vida misma han existido siempre desde el nacimiento de la humanidad. Antes de que un niño haya nacido al mundo físicamente y antes de que se convierta en un ser independiente de su madre, ese niño conoce el secreto de la vida, de la existencia, del cosmos y de las galaxias.
Si un niño nace con ese conocimiento, ¿por qué todos los nacidos no conocen naturalmente ese secreto y pueden recordarlo, examinarlo y hablar de él?
La respuesta es que todo el mundo tiene una depresión bajo su nariz, porque un instante antes del nacimiento un ángel coloca su dedo sobre el labio del infante. Esta es la razón por la que un niño no va, mira a su madre y le dice: “Escucha, el secreto es…”.
El niño conoce y tiene el secreto, pero no puede hablar de él.

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