martes, 9 de julio de 2013

¿Y gastarlos...?


Al Mulá Nasrudin se le vió un día caminando penosamente con sus zapatos colgados de los cordones alrededor de su cuello.
El hombre que vió esto, al pasar, dijo:
- Hola, Nasrudín ¿por qué no te calzas los zapatos?
- ¡Qué! - dijo Nasrudín -; ¿y gastarlos?
Un poco mas tarde, un clavo le perforó un pie.
- Gracias a Dios que he mantenido mis zapatos a salvo - se dijo el Mulá a sí mismo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario