La abeja, compréndelo, posee la facultad de reconocer el néctar y su ausencia. Pero el ser humano, para volverse tan eficiente como la abeja de la parábola, debe confiar en esas cosas que desarrollan su "facultad de percepción del néctar".
Su único problema, en general, es asumir que ya lo posee.
me intriga, muchísimo, que este bendito planeta se está quedando sin abejas y sin ranitas. ¿tendrá algo que ver..., estará en relación?. XXX.
ResponderEliminarSEGURO.....
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